Voy a reivindicar esta peli aunque tiene truco: la ponían tan mal que esperaba videar un truñazo.
Los 80 fue una década conservadora y hay una ley, que de momento se está cumpliendo, que dice que eso significa Cine de Romanos o peplum, como a mi me gusta llamarlo. Saben que soy un snob. No obstante esa década rompe con aquella por 2 motivos: 1, el conservadurismo fue muy patriotero o nacionalista de ahí que el cine produjese pelis donde los estadounidenses ganan todas las guerras que perdieron en los 70 (Nam, drogas, delincuencia, Fría...) y 2, la sobrevalorada Conan el bárbaro. Esta peli fue un pelotazo como indica que triunfó en un contexto de Ciencia Ficción, Star Wars. Conan el bárbaro hizo que volviese el metal y la Antigüedad pero al hacerlo de forma fantasiosa acabó impidiendo el resurgir del peplum, que tuvo que esperar a la anhelada por los conservadores estadounidenses victoria de Bush jr. ya en el siglo XXI. Sin embargo, a finales de 1982, con el éxito de Conan todavía caliente, suave y húmedo, no era descabellado pensar que se había invocado al peplum más popular: el muscular. Así, unos productores judíos fueron a Italia, cuna y único practicante de ese subgénero cinematográfico, para resucitarlo naciendo, entonces y entre otras, El desafío de Hércules.
Por tanto esta peli es un peplum, aunque moderno pues algunas cosas, pocas, lo diferencian de los clásicos, los de 1959-1965. Quizás la principal diferencia es el nombre de su protagonista. Este, como el actor más importante del peplum muscular, Steve Reeves, es un culturista estadounidense pero se diferencia de él en una cosa nada baladí: tiene nombre italiano. Antes de Nam los forzudos que protagonizaban los peplum musculares debían tener nombres artísticos estadounidenses, daba igual su origen. En aquel momento, el momento cumbre del poderío de EE.UU., un héroe de acción que no fuese estadounidense vendía una mierda en Europa (y EE.UU. patria, junto con Francia, del chovinismo). Así pues, que el protagonista tenga un nombre italiano evidencia que 15 años han cambiado las cosas.
Los cambios están en la parte visual y en el erotismo porque en el fondo y en la explotation El desafío de Hércules es totalmente peplum muscular de libro. En 1983 estamos en plena tormenta starwasiana, es el año del estreno de El retorno del jedi. Los vientos de la Space Opera infantil y rancia soplan muy fuerte por lo que sólo se puede salir a navegar con un aire fantacientífico. Esa es la razón por la que este peplum lo gasta: comienza mostrando el Universo y relatándonos su origen como si fuese una peli de Ciencia Ficción del Cine Paranoico, insiste en lo estelar, en lo blanco y en lo brillante, cosa que curiosamente remite directamente a Homero pues el insigne presuntamente ciego canta que los olímpicos siempre van de blanco y oro todo luminosos y relucientes, y el enfrentamiento es el de la Ciencia-Tecnología contra lo mítico, que no es irracional como se suele decir sino simplemente acientífico pues fundamentalmente es poético, funciona por asociaciones y semejanzas, metáforas. En cuanto al erotismo estamos ante uno light como es norma en el peplum popular pero más picante que el clásico porque 15 años nunca pasan en vano. Así, un mito erótico underground como Sybil Danning, a quien en la cara se le empieza a notar ya la decadencia, mal maquillaje, pero su cuerpo sigue siendo muy atractivo, se pasa toda la peli con un escote tan borderlino que cualquier movimiento saca sus pezones al aire. O eso me pareció a mi pues videé El desafío de Hércules en el ordenador y no en una pantalla grande :(. Y la damisela en peligro, Ingrid Anderson, una belleza pasmada, luce el vestido sacrificial más mínimo jamás visto en un peplum. Lamentablemente tan bien diseñado que no enseña nada (y cuando tiene que correr se lo cambian por otro aún más estratégico para que nadie se lleve una alegría inesperada: conservadurismo).
En cuanto a los demás ya decimos que es puro peplum muscular clásico. Ferrigno es mal actor pero eso se puede decir de todos los actores hipermusculosos. El italoamericano no es peor que el gran Reeves, Schwarzenegger o Stallone, simplemente no tiene ese algo que le dé el carisma que necesitan todos los actores para poder cegar al público y así ser populares como la hermosura y la elegancia del 1º, la contundencia del 2º o la inteligencia del 3º. No obstante, como muy bien explica R. de España, lo que se exige a un actor que va a encarnar a un forzudo es que haga verosímil las proezas de fuerza que realiza su personaje y eso un buen actor, incluso los mejores intérpretes shakespirianos o stanilavskianos, es incapaz de lograrlo porque ahí lo que importa son los músculos y no las tablas o El Método. Así que en esa competencia Ferrigno es tan bueno, o más, que los demás actores hipermusculosos que, por otro lado, jamás protagonizan pelis (melo)dramáticas. El cine de acción es más de cuerpo y apariencia que de gestos y de voz. También El desafío de Hércules es peplum muscular clásico en que sus mujeres son guapas jóvenes, los secundarios son piltrafillas y los villanos viejos (en cierta forma el peplum reproduce el conflicto generacional presente en los mitos griegos así como la idea mítica de la renovación de lo viejo mediante el triunfo de lo joven). En cuanto a la explotation esta peli, como el peplum italiano clásico, es un catálogo de los momentazos de los taquillazos más próximos a su estreno. Así, en este caso Hércules tiene un origen parecido al de Superman, si bien este está copiado del de Moisés a su vez copia del de Sargón de Akkad, el 1º emperador conocido y el 1º sobre el que se conserva el cuento de que su madre lo arrojó en una cesta al Cosmos confiando en que sería socorrido por alguien. También alguna cosilla de Conan y Excalibur tiene, al igual que homenajes al peplum muscular clásico (y metraje suyo también), pero sobre todo canibaliza a Star Wars: espadas luminosas y duelos a muerte en puentes sobre abismos. No obstante, ninguna de las 2 cosas las inventó Lucas. También muchos de los dobladores de la trilogía clásica sobre los jedi trabajan en el doblaje de esta peli. La fuerza ya estaba en el peplum mucho antes de que se produjese Star Wars pues aquel es una exaltación de la virilidad.
Disculpen que no haya conseguido una foto de mayor calidad del estupendo traje sacrificial que luce tan bellamente la breve Ingrid Anderson.
Pero todo esto no quita nada de originalidad y brillantez a El desafío de Hércules. Es cierto que es una peli muy cutre y mediocre pero eso no le impide ser inteligente, singular y eficiente. Su reelaboración del mito de Hércules es tan respetuosa como imaginativa. Se inventa cosas y piratea al mito de Perseo (Furia de Titanes 1981), al de Teseo y al de la Atlántida así como a la Odisea pero la esencia permanece así que cualquier griego clásico no intelectual o artista lo aprobaría. El asunto era ser original pues se iba a aplicar una fórmula archiconocida y el magro presupuesto impedía ser espectacular y singular así que no quedaba otra que aplicar el ingenio. No obstante, en esta peli Hércules sigue siendo un héroe popular que lucha contra el Caos, aunque aquí sólo se ponga de relieve el carácter maligno de este último. Por otro lado el conflicto del film es la lucha del mito o del pensamiento mágico contra la ciencia o el pensamiento experimental cosa que es un eco de la lucha en la Antigüedad entre el mito y la filosofía. Así pues, por muy ligera e inventiva que es El desafío de Hércules, no sólo es respetuosa con la mitología clásica sino culta pues al igual que para dibujar "mal" hay que saber hacerlo bien, para reelaborar un mito clásico hay que saber de mitología clásica. Por eso los griegos sólo se lo dejaban hacer a sus poetas. Así, aunque el conjunto no es del todo coherente tiene momentos brillantísimos como aquel en el que Hércules arroja al Espacio el oso que ha matado a su padre adoptivo (cosa que desconoce en ese momento y después también porque jamás en la peli se entera de que sus padres fueron asesinados por las maquinaciones del villano de la peli y su hija Ariadna; así de alegres son los guiones del peplum popular). Un momento alucinante a la altura del momentazo de Hokuto no Ken que es probablemente la única mención del peplum a esa cosa tan culta y mitológica que es el catasterismo: la conversión de un ser terrenal en una constelación, no les digo cuál es en este caso por no insultar. La cultura de los artífices de esta peli también se aprecia en el vestuario, única cosa en la que el film invierte, todo está elaborado con ingenio a partir del arte griego, en una escena Hércules lleva una reproducción exacta del escudo tebano, y del arte minoico, pues el malo no es otro que Minos. Aunque aquí no es soberano de Creta sino de Tira, que supongo que en castellano es Tera (recuerden que la e se pronuncia en inglés i), los traductores de esta peli cultos no son, una isla más pequeña que aquella, la actual Santorini, pero igual de minoica.
Una versión ingeniosa y erótica inspirada en el traje de una estatuilla minoica de Cnossos y en el de una reconstrucción de un fresco micénico de Tirinto.